SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Location: Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile

Editor: Neville Blanc

Tuesday, April 26, 2011

UNA DIRECCION PARA BIBLIOFILOS

UNOS TIPOS DUROS

Los autores

Unostiposduros es una iniciativa de dos apasionados de la tipografía, Josep Patau y José Ramón Penela a los que más tarde se unieron Dimas García, Marc Salinas y Txus Marcano. Su objetivo es el de proporcionar un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la tipografía haciendo hincapié en su evolución histórica pero sin olvidar las propuestas actuales.


Desde un primer momento nos propusimos poner a disposición de los visitantes, textos clásicos sobre la creación tipográfica así como un cuerpo teórico suficiente a partir del cual poder articular un discurso tipográfico coherente y, que en la medida de lo posible, conciliara los conocimientos clásicos de composición tipográfica con los modernos sistemas de autoedición.
Estos recursos pensamos que posibilitarán despertar una sensibilidad hacia las formas tipográficas, para que estas sean vistas con una mirada que descubra en ellas su acervo cultural y que en definitiva la tipografía sea considerada como algo más que un simple ¡clic! del ratón.





Tratado de tipografía
Tratado clásico de tipografía:

1 Generalidades

Introducción.
En los primeros tiempos de la imprenta, los impresos se obtenían casi exclusivamente a base de tipos, o letras de imprenta; de donde al arte de imprimir se le llamó tipografía, o sea, impresión con tipos; y a los que trabajan en este arte, se los llamó tipógrafos. Por tanto, se puede definir la tipografía como el arte de componer e imprimir con tipos movibles, o planchas de diversos materiales, fundidos o grabados en relieve y al tipógrafo como el operario encargado de componer de forma satisfactoria las palabras y los textos ayudándose para ello de las reglas tipográficas y ortográficas. Encontrar textos sobre composición tipográfica con tipos móviles es en la actualidad bastante difícil, debido principalmente a lo obsoleto de la tecnología que hace que prácticamente ningún editor se embarque en la tarea de recuperarlos en ediciones actuales.
Afortunadamente en las librerías de viejo aún se pueden encontrar ejemplares que, destinados en su mayoría, al sector de artes gráficas y al aprendizaje de sus operarios versan sobre todo lo relativo a la composición manual y a sus normas. Uno de estos ejemplares, concretamente del año 1950 y editado por las Escuelas Profesionales de los Salesianos de Sarrià, un centro de gran tradición y categoría en la enseñanza de las artes gráficas, es el que a continuación se transcribe con la idea de presentar de forma lógica y estructurada todos los conocimientos relativos a la composición tipográfica manual y el correcto uso de sus recursos así como conseguir que estos, debido a la gran transformación que ha sufrido el sector de las artes gráficas, no desaparezcan en el olvido y se conformen como una tradición desde la cual poder afrontar cualquier proyecto tipográfico.Obviar, por obsoletos y amparándose en una pretendida modernidad, los conocimientos adquiridos durante siglos de práctica tipográfica es un grave error de todo aquel que se considere diseñador gráfico.

Definiciones.
Tipografía es el arte de componer e imprimir con tipos movibles, o planchas de diversos materiales, fundidos o grabados en relieve.
Llámase compositor tipográfico o tipógrafo al operario que junta y ordena las letras, caracteres o tipos formando palabras, líneas y páginas para imprimir, mediante la aplicación de las reglas tipográficas y ortográficas.
La Tipografía está dividida en dos secciones distintas que mutuamente se completan: la sección de cajas para componer y la sección de máquinas para imprimir.

Cultura del tipógrafo.
Por poco conocimiento que se tenga del Arte Tipográfico se comprende lo necesario que es para el aprendiz u operario dedicado a la Tipografía el tener la base de cultura general que supone haber hecho totalmente por lo menos los estudios elementales. Sin esta preparación inicial es imposible conseguir en la Escuela Gráfica, y peor aún fuera de ella, resultados satisfactorios.
No puede adquirir educación técnica y artística del oficio, quien no domine la Ortografía y tenga ideas bastante claras sobre Gramática, Religión, Aritmética, Dibujo, Historia, Geografía…
Al contrario, poseyendo esta base sólida, la práctica diaria de la profesión le dará facilidades para llegar a tener una cultura notable que adquirirá, sin apenas percatarse de ello, al tener que confeccionar obras de los más variados temas. Esta cultura será el trampolín que le ayudará a escalar puestos mas elevados y mejor remunerados.
Ya en 1811, decía Sigüenza y Vera, autor del primer manual de Tipografía escrito en español titulado Mecanismo del Arte de la Imprenta, que el tipógrafo debería estar, «si ello fuera posible, instruido en todas las ciencias para llenar completamente todos sus deberes».

Mobiliario.
Caja es el cajón de madera en forma rectangular donde se guardan los signos tipográficos.
Las cajas más usuales son: caja grande, para tipo común de composición seguida; caja mediana, para letra de adorno y fantasía, con mayúsculas y minúsculas; caja pequeña, para titulares de mayúsculas.
Además de estas cajas hay también las cajas especiales para filetes, viñetas y signos, y para lenguas orientales, como griego, hebreo, etc.
Las cajas grande y mediana tienen ciento veintidós compartimientos, llamados cajetines, cada uno de los cuales contiene los caracteres que representan una misma clase de letra, signo, espacio, etc.



La diversidad de tamaño de los cajetines en las cajas grandes y medianas se debe al mayor o menor uso que de ciertas letras hay que hacer en la composición.
Caja alta es la parte superior de la caja, situada a la izquierda, en donde se colocan las letras mayúsculas; caja baja es la parte inferior que contiene las letras minúsculas, números, puntuación y espacios; contracaja o caja perdida es la situada en la parte superior derecha, donde se ponen las letras y signos de menor uso en la composición.
Esta nomenclatura de caja alta y caja baja procede de los tiempos de la imprenta ambulante, cuando, para más comodidad de traslado, la caja estaba realmente dividida en dos: alta y baja, las cuales se colocaban una encima de la otra, extendidas sobre un chibalete desmontable, durante el tiempo de trabajo.

El chibalete es un armazón de madera, provisto en su parte inferior de correderas de madera o de hierro en que se guardan las cajas, y con la parte superior ligeramente inclinada para sostener la caja durante el trabajo. Chibalete es una palabra española derivada del francés chevalet, caballete.

Se diferencia del chibalete el comodín, en que no tiene inclinada la parte superior, sino que es plana como una cómoda; en lo demás, es exactamente igual, poseyendo también correderas para colocar las cajas.
Modernamente apenas se emplea la palabra chibalete; se dice más bien comodín con pupitre o sin él y puede ser de madera o metal.
Tanto los chibaletes como los comodines deben estar bien cerrados para que no entre el polvo en las cajas; cuídese, por la misma razón, de que estas ajusten bien por delante unas con otras.
Son varios los modelos: los hay con departamentos para guardar los paquetes compuestos o moldes.
Los más prácticos son los chibaletes, ya que tienen forma de pupitre, y dejan lugar para guardar en ellos grabados y otros materiales que no se emplean constantemente.

Herramientas.
El componedor es una regla de metal con un borde a lo largo, un tope fijo «a» en uno de los extremos y otro movible «b», provisto de un sujetador «c», que sirve para determinar el largo de una línea. Sobre el componedor se ordenan las letras y los espacios que han de completar un renglón.

En los orígenes de la imprenta se usó como componedor un trozo de madera con un tope y un reborde; variábanse las medidas añadiendo o quitando cuadrados al tope. Se cree que Humberto Rey, tipógrafo de Lyon, fue quien ideó en 1796 el componedor metálico con corredera movible.
Los componedores más usados son tres: el estrecho, en el que sólo cabe una línea del cuerpo 12; el ancho, capaz para cuatro líneas, y el cazuela, para ocho. Hay otros, además, destinados para la composición de carteles o títulos de mucha longitud, que son de madera, para que pesen menos.
Algunos componedores tienen marcadas las medidas tipográficas en uno de sus lados. Este sistema no lo encontramos del todo práctico por su poca precisión.
También los hay con varias escuadras movedizas para poder usar diversas medidas a la vez; pero son poco prácticos por su mucho peso.
De la buena conservación del componedor depende el obtener una buena justificación.
Las pinzas son herramientas de hierro o acero a manera de tenacillas; se emplean para sacar con facilidad de la composición los tipos que se deben corregir. Las pinzas tienen estrías en la cara interior de las puntas, para que al tomar la letra no resbalen, perjudicando al tipo.

Utensilios y máquinas.
Llámase galerín la plancha de metal o tabla de madera, con dos listones de hierro formando ángulo recto, uno en la parte inferior y otro a la derecha, en el que se depositan las líneas a medida que se componen.
Galera, es una plancha de hierro o cinc guarnecida por tres de sus lados de unos listones con rebajo a donde se introduce otra plancha llamada pala o volandera. También se utilizan sin pala, y en este caso, los listones no tienen rebajo.
Las composiciones de gran tamaño se depositan sobre la galera con su pala; al retirar ésta, resbalan los moldes. De otra manera sería difícil su manejo. El portapáginas, llamado también portapaquetes, es un trozo de papel resistente, con dos o más dobleces, que se coloca debajo de la composición.

Úsase para trasladar con facilidad la composición y para que se puedan poner unos paquetes encima de otros sin que se empastelen ni se estropee el ojo de la letra. Para portapáginas se emplea con muy buen resultado el papel de empaquetar las resmas, procurando al doblarlo, que no tenga arrugas ni agujeros.

La prensa de pruebas es una máquina en la que se obtiene la primera muestra del paquete o molde que se acaba de componer, para ver y corregir los defectos de composición.

El rodillo es un cilindro de pasta gelatinosa adherida a una varilla de hierro, que sirve para impregnar de tinta las letras.

La bruza es un cepillo de cerdas de jabalí, que se usa para limpiar los paquetes o moldes una vez sacada la prueba.

El cuadrante es una máquina provista de una cuchilla horizontal que se utiliza para cortar regletas o interlíneas y también orlas de línea o blancos fundidos en linotipia.
Valiéndose del graduador y de la cuchilla, se pueden hacer con el cuadrante biselados o chaflanes con orlas o filetes de plomo, de mucha aplicación en toda clase de trabajos.

En todos los talleres, pero particularmente en los que se trabaja con composición linotípica, es de gran utilidad la sierra fresadora universal, que realiza automáticamente multitud de operaciones. Además del fin específico para el corte de líneas de linotipia (arracadas) se puede emplear para cortar madera, cinc, latón, plástico y otros materiales en los casos de escuadro de clisés, corte de interlíneas, filetes, chaflanes de ángulos, etc. Hubo un tiempo en que estuvo muy en boga la máquina de curvar filetes e interlíneas; y si bien es verdad que se llegaron a hacer con ella estimables trabajos tipográficos, hoy apenas se emplea, por haber variado el concepto artístico en la Tipografía.

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